Pasion

Y así como disfruto de ese viento que trae agua
disfruto de tu aroma de vainilla en mi cama.
Impregnas no solo mi ropa de cama
sino que también embriagas mi alma
con esa fragancia.

Mis manos que han recorrido miles de cuerpos
exploran tu piel de pecas adornada
y cada una de ellas lo trato
como si he encontrado el Dorado.

Tus ojos semicerrados acompañan suspiros y/o jadeos
que es el único sonido permitido en este encierro.

Las caderas lampiñas chocan una y otra vez
imitando un badajo.
A cada embestida resuena un gemido
una y otra vez.

Una y otra vez.

Esa pasión animal desbocada
suelta
libre
se hace presente entre ambos
sabiendo que solo es una forma mas
de conquistar poco a poco el alma.

Este escrito, cuento, párrafo o colgadura mental esta hecho de un tirón. Sin retoques, correcciones o cosa similar.
A veces salen cosas copadas y otras un bodrio.
De cada uno depende saber cual es cual.

Las letras erotizan…

Las letras tienen el poder de trasladarte a donde tu imaginación es capaz de volar.
La literatura tiene ese extraño poder de llevarte a lo mas oscuro.
El anatomista es un libro recomendable para una primera experiencia en literatura erotica.
Se los recomiendo.

Hendijas

Pequeño sol de primavera que entra por las hendijas asoma en esa mañana

Ese mismo sol que piensa que dando un mayor lumbre queriendo mostrarme mas tus imperfecciones solo logra darte un tinte dorado a esa piel besada horas antes.

Porque si hay algo que me gusta de vos es que no importa la hora que sea, ese cuerpo le queda muy bien acompañar al mio.

Desnudos los dos como anoche.

Como hace varias noches.

Una vez y otra vez

Una vez
y otra vez
empezar a recorrer
con quien compartir
sentimientos de placer.

Una vez
y otra vez,
trasladar ese ser
que muchas veces  trae alma
Pero que de noche la deja en casa
Para no sentirse herida.

Una vez
Y otra vez
nacer, crecer, arder y renacer
como el Ave Fenix.

Una vez
y otra vez
creer que amarte
solo da placer.

Gotas de sal

Lagrimas saladas que recorren la dermis.

Gotean sin control, sin prisa pero sin pausa.
Ondean en una dermis reseca por años de soles agresivos queriendo dejar su marca de yerra.
Iris cansinos de tantos insomnios, de tantas lunas malditas, de ver impávido tantas estrellas viajeras.
Amores no correspondidos y de afectos que con el correr del tiempo se vuelven extraños.
De voces que se van apagando o se van perdiendo en los recuerdos.
De roces pluscuamperfectos que dejan de sentirse, vellos que se erectan por ese roce que ya no lo percibe.
Pero que lo extraña.
De un cuerpo que a fuerza de sexo y amor se acoplaba perfecto.
De fines de semana desnudos en sabanas revueltas y tazas de te o café, discutiendo si la vida podía ser mejor que ello.
De eso lloro.
De eso, recuerdo.

Cerezo

Camino siempre de noche.
Encuentro toda clase de gente.
Esa noche en particular quería encontrar algo que me llame la atención.
Algo que me saque de la modorra de la vida diaria. Ese “no se que” diario que me llame la atención.
Tenia una vaga idea de mi búsqueda pero quería sorprenderme así que enfile al barrio freack donde es común encontrar tatuados, con piercings o discos de las Bandanas en las bateas donde están los saldos de rock.
Buscaba ese alguien que me nuble con su historia de vida.
No camine mucho debo reconocer, lo vi a mi tatuador amigo, Pollito, trabajando sin pausa pero sin prisa en una espalda menuda.
Mi primera impresión que era un chico haciéndose un primer tatuaje para posteriormente llegar a la casa y decirle a su familia lo que había hecho mientras veía su cara de espanto.
Mas que nada para demostrarle que la patria potestad la tenia en su mano, como si quisiera decir “tengo 18 años y ya dirijo mi propio destino”
Pero no, era una mujer de unos 30 años, morocha de corte carre para ser mas exactos.
Estaba de espaldas y tenia una espalda nívea que invitaba a ser besada miles de noches y algunos días.
La forma de mantener su rigidez me asombraba, parecía esas estatuas de las peatonales.
Charle dos minutos con mi amigo tratando que la neo tatuada me de un pie para saludarla pero ni así abrió los ojos.
Pense que estaba en un grado de nirvana para evitar el dolor y así poder concluir su trabajo en una noche.
Pase al office del local, tome unos mates con los pajaritos.
Asi como les gustaba llamarse al grupo de amigos del Pollito que le hacían el aguante a la noche ademas de aprender del negocio.
Los mates se transformaron en un six pack para cada uno.
La noche tiene eso te hace divagar y hablar de los miedos del alma, nada mejor que espantarlos con algo espirituoso.
Quería ver el tatuaje listo así que volví a mi fantasmagórica mujer y esperando que ahora si mi amigo me la presente
Pollito: -Te la presento a  Varia, ella iba a ser la primera geisha argentina, pero el corazón no le aguanto.
Aqui esta su familia esperando que termine para llevarla a su velorio y posterior entierro dentro de un jardín de arboles de cerezos.
Recorde el cuento de Chejov, donde Varia es uno de los personajes de la novela “El jardin de los Cerezos”.
Aquel que trata sobre una familia rusa que convierte su casa en un centro vacacional para salvar la hipoteca.
La familia en vez de velarla le esta tatuando el cuerpo. Empece  a comprender  todo.
Por  lo menos en el mas allá va a ser una geisha recorriendo un jardín de arboles de cerezos.
Leviatan: -Es cierto. La envidio, aun muerta pudo cumplir su destino en esta vida.

Titanic

Titanic
Hoy vi Titanic por enésima vez.
Y me quedo latiendo esa ultima escena donde Di Caprio congelado se empieza a hundir congelado después de haberse despedido.
Y esa toma me hizo replantear cuantas veces el amor se despide así.
Duro, cruel y real.
Con un  ”te amo” que sabes que va a ser el ultimo.
Cuantas veces una persona ve morir a su pareja de x enfermedad o por causas naturales.
Y realmente los envidio, porque esa ultima frase es tan de adentro, del corazón, que uno no puede sentirse apabullado.
Ese frío que te corre en la espalda de solo escucharlo.
A todos ellos, sepanlo, desde acá se los digo.
Los envidio sanamente.

Cafe

No debe existir algo mas rico que el saborear(te) un café.
Despertarnos y combinar el mismo con la fragancia de una noche de pasión.
Saborear una medialuna.
Saborearte.
Morderte despacio y dejar a un costado las tazas para dar rienda suelta a la pasión.

Y ponernos en posición de cucharita y dormir.

Violin

Tocas el violín.

Lo haces porque te transporta a paisajes nunca antes descriptos.

Tu mano recorre el mástil una y otra vez haciendo que las cuerdas de tripa se coordinen entre si dando al ambiente una sonoridad nunca antes escuchada.

Ese sonido penetra mis oídos, invade mi alma.

Nunca tuve forma de devolverte ese favor de viajar por los acordes a sectores de mi alma.

Tenias un problema de concentración y quise ayudarte.

Vestias un solero cortito.

Te rogué que tocaras.

Te paraste contra la pared, ubicaste el instrumento en tu hombro izquierdo.

Me arrodille frente a vos, deslice tu tanga por tus muslos.

Ya se empezaba a percibir un aroma especial, a placer.

A sexo.

Me arrodille frente a ti mientras empezaba a sonar una melodía que reconocí en los primeros acordes a Paganini.

Mis manos iban subiendo por tus piernas elevando apenas el vestido.

Tu Vesubio estaba recién por hacer erupciones de magma viscoso, quise probarlo.

Degustarlo en mi paladar y hasta querer acompañarlo con un champagne.

Daba pequeños mordiscos en tus muslos hasta llegar a tus labios.

Ya estaban abiertos, jugosos. Deseando que alguien se encargara de ellos.

Y a ello me dedique.

Fue el placer oral mas musicalizado que hemos tenido.

Y reconozco ademas, que tu capacidad de concentración es perfecta.

Psicología aplicada

Este cuento fue escrito para un concurso de blogs que se hizo hace un tiempo atrás. En ese momento se estaba debatiendo sobre el casamiento de personas del mismo sexo y me pareció apropiado aprovechar eso para escribir este texto. Ojala lo disfruten.

Déjenme que me presente y les cuente lo que me paso.
Mi nombre es Martín, tengo 45 años y me trabajo principalmente es la importación  y exportación de productos alimenticios.
Por ello debo viajar seguido al exterior.
En uno de estos viajes de negocios en la cual había ido solo ya que era cosa de quedarme un día nada mas, se produjo un cortocircuito eléctrico en mi casa a la madrugada dando por saldo el fallecimiento de una persona.
Esa persona era mi pareja desde hacia 10 años.
Me sumí en una depresión que la cubría con un estado de adicción al trabajo.
Solo al llegar a casa veía las fotos que estábamos los dos y que se habían salvado del incendio. Así me dormía hasta el día siguiente.
Mi amigo Ignacio, casi un hermano de alma que nos da la vida, sin decirme nada pauto una reunión con Lucia.
Lucia era la hija de un amigo de el que se había recibido hacia muy poco de psicóloga y estaba haciendo sus primeras armas laboralmente.
Vivía sola en una casa de estilo colonial y había adaptado una habitación de la misma para hacer su consultorio.
Acepte de no muy buena gana pero ya sabes como somos cuando se esta depresivo, no ves mas allá de lo que deseas ver.
La llame a Lucia para explicarle que iba a desistir de su ofrecimiento pero al escuchar su voz suave cambie de parecer y coordinamos para el martes siguiente a las 8.00 A.m.
De hecho me explico que al ser amigo de Ignacio quería probar un tipo de terapia diferente que se estaba empezando a utilizar a nivel mundial y que aquí todavía no se estaba desarrollando.
El martes a la hora prefijada llegue para ver que era este tipo de terapia experimental, me sentía  raro, como un cobayo que lo llevan a una jaulita nueva.
Abrió la puerta segundos después de haber tocado el timbre.
Me invito a acomodarme en un sofá de estilo Chaise longue Luis XV mientras ella se situaba en un sillón ubicado al frente.
Mientras íbamos charlando de varias cosas pude ver de reojo que al ella cruzar las piernas no usaba ropa interior.
Había notado que no llevaba corpiño bajo su camisa pero no me imaginaba que no usara tanga.
Los cruces de piernas eran cada vez mas seguidos y el olor a hembra en celo se estaba empezando a notar.
Me di cuenta que mi pija se empezaba a erectar, realmente me hacia poner muy caliente.
No aguante más.
Me acerque a ella, no me importaba ser rechazado o que sea la hija de un conocido.
Me incorpore del sillón, me puse a escasos centímetros de su cara, viendo cual era su reacción.
Me beso, un beso casto, corto para ser el primero.
Fue correspondido, mientras degustábamos nuestros labios, las manos fueron recorriendo nuestros cuerpos.
Mi mano izquierda fue subiendo por sus muslos hasta llegar a su depilado Venus, que a esta altura ya era un Vesubio que quería descargar su lava en mis labios.
Fue el sexo oral más exquisito. Mientras Lucia se abría la camisa y se sobaba los pezones.
Nos terminamos de desnudar en segundos.
Nos recostamos en el sillón, ella arriba me cabalgaba dándome la espalda.
Empapando mi miembro en cada embestida mientras se agarra los pezones para que no se bamboleen tanto.
En un momento se desengancha y me invita a ir a otro lado de la casa “a un cuarto mas cómodo” me dice.
Fuimos de la mano besándonos así que no sabía  a donde me dirigía.
Tenía una habitación adaptada para el goce sexual, donde había un sillón del amor al costado del mismo, espejo en las paredes y  una cama baja de estilo japonés por un acolchado acorde a la habitación.
Nos besamos nuevamente mientras se dirigía al sillón del amor, acomodo sus piernas en el mismo y muy suelta de cuerpo dice “en el mueble de tu derecha hay unas bolitas chinas, tráelas que las quiero estrenar con vos”. Presuroso lo hice junto con el gel que da calor.
 Fui poniendo las bolitas una por una en la cola hasta que entraron las 7 mientras ella se masturbaba furiosamente.
La penetre, hacia mucho que no penetraba a alguien, le puse las piernas en mis hombros y continúe la faena mientras miraba nuestros reflejos en la pared.
Mientras la cojia fui sacando las bolitas una por una, aullaba de placer pidiendo que acabe esa tortura y la coja por ahí.
Nos fuimos a la cama, se acostó boca abajo con sus manos se abrió los cachetes y yo apunte directo a su diana.
 No espere que entrase la cabeza y se acostumbrara, la penetre de un envión. Quería que gritara fuerte.
Muy fuerte, que diga que era sodomizada y que le encantara serlo. Mientras mi instinto animal me llevo a morderle el cuello.
Acabamos al unísono. No es lo mismo que una mujer acabe cuando la penetras analmente, conocí a pocas que lo hayan hecho así.
Compartimos un cigarrillo mientras las caricias continuaban.
Lucia me pregunto por mi pareja, si a ella le gustaba que la cojiera así.
Lucia hay algo que quizás mis amigos y yo omitimos decirte, mi pareja se llamaba Ernesto.

« Older entries