El accidente dañó y activó de forma constante un nervio en la pelvis de Baughman que controla su deseo sexual.
La mujer, de 39 años de edad, constantemente presenta impulsos sexuales que son ocasionados por movimiento mínimos.
«Es insoportable –dijo la mujer–. Solo frotar la ropa me pone tan excitada que casi no puedo pensar con claridad. Es muy vergonzoso y es imposible concentrarse.»
Los médicos dijeron que Baughman, quien es madre de dos niños, padece de una rara enfermedad conocida como el Síndrome de Restless genital.
Baughman, de Nuevo México, dijo que ni el sexo regular con su esposo Brian de 20 años de edad, alivia sus síntomas.
La mujer, quien tiene que tomar pastillas para dormir por la noche, espera que los médicos la curen en un futuro.
«Es la mente sobre la materia. Pero estoy esperando una cura médica se en el futuro».
Un Ronin en el occidente 